10 julio 2013

MI HIJO ESTÁ ENFERMO Y NO QUIERE COMER. ¿QUÉ PUEDO HACER?

   Las enfermedades infecciosas, frecuentes en los niños suelen provocar deficiencias nutricionales: Esto ocurre especialmente en las diarreas. Por eso, aunque el niño no tenga apetito, se le deberá ofrecer con frecuencia pequeños volúmenes de alimentos.


   Si el pequeño aún toma el pecho, se le deberá hacer mamar con mayor frecuencia, para evitar la deshidratación. Si ya no toma el pecho, se le debe ofrecer agua, sales de rehidratación oral, jugos de compotas caseras, sin el agregado de azúcar, jugos de frutas, frutas frescas o compotas, alimentos blandos, de fácil digestibilidad, que sean del agrado del niño, en preparaciones agradables a la vista  y al paladar.
   Todo esto se va ofreciendo en forma gradual, de acuerdo con la tolerancia de nuestro hijo.
   En la medida que el niño se recupere, se va agregando los alimentos habituales.
   Una vez que tu hijo se haya recuperado de su enfermedad, requerirá de, al menos, una comida diaria extra. Deberás ofrecerle entonces, alimentos muy nutritivos y energéticos, para que recupere los nutrientes y la energía perdida.

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