10 octubre 2011

LÍMITES, CAPRICHOS Y BERRINCHES

Totito ayuda a bañar a su hermanita

   Entre los dieciocho meses y los tres años aproximadamente, el niño descubre que es un ser separado de sus padres; la deambulación y la madurez neurológica le permitió este conocimiento. Investiga y toca todo lo que está a su alcance. Pero su vocabulario aún es pobre, por lo tanto, no puede expresar sus sentimientos, cosa que logrará al alcanzar el cuarto año.
   Entre otras cosas, tampoco alcanza a comprender la noción de "Tiempo". Esto hace que todo lo que desea lo quiera ya.
    Siente emociones intensas, pero no sabe regularlas.
   En esta etapa, conocida como primera etapa de individualización, los adultos a veces no saben cómo comportarse frente a este pequeño que, si se lo deja, se convierte en un pequeño "tirano", capaz de manipular a todos con sus berrinches. Los adultos, para que se calle, accederán a todos sus caprichos, y esto es precisamente lo que no deberían hacer, porque genera mayor inseguridad en el pequeño, a la vez que refuerza su conducta caprichosa.
 
©Suzanne Woolcott sw3740 Tema diseñado por: compartidisimo